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Hasta hace poco tiempo las contraseñas eran el sistema que se usaba de forma común para proteger cualquier tipo de elemento relacionado con la informática. Tanto ordenadores como archivos y programas pasaban bajo el control de las contraseñas para conseguir protección ante posibles accesos no autorizados. Proteger pdf contra copia también era cuestión de contraseña, aunque ahora poco a poco han ido introduciéndose otros sistemas, desde la biometría hasta las tarjetas inteligentes.
La realidad es que a día de hoy las contraseñas están obteniendo mala prensa. En parte porque los programadores y expertos en seguridad han olvidado que detrás de una contraseña siempre hay una persona real que debe recordarla y teclearla de forma adecuada para poder acceder a su cuenta de usuario o archivo.
Hay demasiadas exigencias para que los usuarios gestionen las contraseñas, como que seleccionen claves de entre seis y ocho caracteres, que utilicen letras, símbolos, números e incluso mayúsculas. También se recomienda cambiar la contraseña de forma periódica, lo que lleva a que su correcta administración se convierta en una misión imposible. Los usuarios, ante la dificultad, eligen contraseñas simples que pueden recordar, pero que también les están poniendo en riesgo ante los ciberdelincuentes, algo que ocurre a la hora de proteger un pdf, un programa, una aplicación o cualquier otro tipo de elemento.
La respuesta es bastante fácil de deducir: la vagancia. Se cree que una pequeña capa de defensa representada en la forma de malas contraseñas ya nos está dando protección, cuando en realidad cualquier persona con acceso a la red puede comprar productos que sirvan para eliminar estos escasos niveles de seguridad. Y si no somos capaces de creerlo solo tenemos que buscar en Google términos como las siguientes:
Y un largo etcétera. Seguro que de los primeros resultados al menos hay tres que nos llevan a programas de crackeo de contraseñas que se han utilizado para proteger pdf. Tal y como menciona Vladimir Katalov, CEO de ElcomSoft, la protección con contraseñas a nivel de documentos no es un DRM y debido a la arquitectura de los lectores de PDF se convierte en una plataforma mucho menos segura.
Con el simple clic de un botón en el programa pdf-Recover ya habremos conseguido eliminar la contraseña del archivo, no importando si estaba encriptado de una u otra manera. Así conseguiremos una réplica exacta del PDF original sin las opciones de seguridad. El precio de este software es de 30 dólares y está accesible para cualquier persona, así que está claro que nuestro nivel de seguridad no es el adecuado.
La principal clave en la configuración de un sistema seguro para proteger pdf se encuentra en evitar que el usuario tenga que gestionar el uso de contraseñas. La mejor manera de lograrlo es asegurándose de que, en un sistema criptográfico, las claves se intercambian de forma segura y privada incluso por encima del usuario, que no tendrá capacidad para comprometer el sistema bajo ninguno de los conceptos. De esta forma es la única en la cual podemos tener seguridad completa de que nuestro método de protección será el adecuado.
Los principales profesionales del sector de la seguridad coinciden en que las personas que más pueden comprometer la seguridad de un sistema son los propios usuarios autorizados. Y la realidad es que lo hacen de una manera involuntaria debido a que, en cierto modo, no comprenden lo que implican las funciones de seguridad que están funcionando a su alrededor.
Hay algunas herramientas del estilo de Safeguard PDF Security y Safeguard Enterprise PDF DRM que no utilizan contraseñas de PDF para dar protección a los documentos PDF. Lo que hacen es asegurarse de que estos archivos están protegidos contra el uso no autorizado sin necesidad de recurrir a las contraseñas.
Usando este tipo de herramientas podemos proteger archivos PDF sin contraseñas, aplicando controles DRM que prevendrán que los documentos de este formato sean copiados, almacenados, modificados e incluso impresos. Lo que hacen es usar claves públicas en vez de contraseñas. Los archivos PDF se encriptan de forma local y están protegidos con una clave encriptada en un servidor de licencia. Esta clave es segura y se vincula a un ordenador autorizado en el momento en el que el archivo se carga. Por otro lado, cabe destacar que los archivos PDF protegidos no se pueden copiar o compartir. También podemos definir fechas en las que caducarán las contraseñas.
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