Espíritu pionero: está en nuestro ADN.

KYOCERA comenzó con una pequeña fábrica sin dinero, respaldo ni reputación, tan solo con un mínimo de tecnología y 28 compañeros. Sin embargo, en poco tiempo la empresa experimentó un rápido crecimiento debido al enorme esfuerzo y trabajo de todos, con un equipo directivo dedicado en cuerpo y alma a ganarse la confianza de los empleados. Queríamos ser un ejemplo de excelencia donde todos los empleados pudieran creer los unos en los otros y olvidaran el individualismo.

La visión de nuestro fundador se convirtió en la base de la gestión de KYOCERA y nos esforzamos por preservar estos valores en todo lo que hacemos. En un mundo en constante cambio, estos valores son más importantes que nunca para mantenernos enfocados en el cliente.

Dicen que el pensamiento humano es fácil de manipular. Lo que nuestro fundador, el Dr. Kazuo Inamori, descubrió es que nada es más fuerte que la mente humana. KYOCERA se convirtió en lo que es hoy porque se basa en la fuerza del pensamiento humano. Nuestro fundador utilizó sus conocimientos para crear una filosofía única que utilizamos todos los días como piedra angular de nuestro negocio.