Podemos trazar un esquema estándar de calendarización que luego personalicemos para cada caso concreto. Algunos de los aspectos recomendables para contemplar en dicho esquema estándar son:
- Preparación del lugar de trabajo del nuevo empleado: comprobar que no falta nada que vaya a necesitar, que los aparatos electrónicos e informáticos funcionan correctamente, que tenemos a mano todas las contraseñas necesarias… No debemos olvidar dejar en su lugar de trabajo una copia impresa del manual de acogida.
- Programación de una visita guiada por las oficinas. Antes de empezar a trabajar, cualquier persona necesitará conocer dónde se encuentran los aseos, a qué puerta debe llamar si quiere hablar con una persona determinada o qué lugares son de acceso restringido.
- Comunicación al nuevo empleado de en qué consistirán las tareas de su primera semana. De esta forma, podrá comprender mejor cómo se integran entre sí, algo que no podría ver si el primer día solo les presentamos las del primer día, el segundo día las del segundo, etc.
- Valorar la posibilidad de entregarle un regalo de bienvenida. Este tipo de gestos crean vínculos emocionales que serán muy provechosos para que los nuevos empleados quieran seguir trabajando con nosotros.
Todas estas cuestiones que hemos enumerado dependerán, por supuesto, de cada caso concreto. Si hemos recorrido previamente el primer punto que tratamos, es decir, el estudio de nuestra propia empresa enfocándolo hacia las nuevas personas que entran a trabajar en ella, nos daremos cuenta enseguida de cuáles son las acciones recomendadas para nosotros y cuál es la forma de llevarlas a cabo.
Así, cumpliendo estos tres sencillos pasos (que, refresquemos, son 1- el estudio de nuestra propia empresa, 2- la elaboración de un manual de acogida y 3- trazar una calendarización estándar), tendremos elaborado nuestro plan de acogida para nuevos empleados.
