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En un momento en que los costos financieros están continuamente exprimidos, hay más presión que nunca para demostrar el retorno que la tecnología aporta al negocio.
Se dice que IT sólo tiene valor si aporta valor a la empresa. Pero demostrar el valor de IT en un negocio es complicado ya que a menudo es visto como un centro de costes, necesario para funcionar pero donde sobre todo hay compras de productos como servidores, almacenamiento, equipamiento de red, etc.
En los últimos tiempos, la presión sobre los costos financieros de IT se ha incrementado y se le pide hacer cada vez más cosas con menos presupuesto. La recesión ha puesto presión sobre el gasto de muchas compañías y eso hace que sea muy importante que el dinero disponible se gaste sabiamente.
Por otro lado, se ha puesto el foco en la virtualización de los centros de datos y en el cloud computing como una forma de aportar eficiencia y recortar costos financieros. Esto hace que la antigua fórmula para calcular los costos de IT, el coste de un nuevo servidor por cada nueva aplicación de negocio que se ponía en marcha, y utilizar su precio como base para cuantificar el valor, se haya vuelto obsoleta.
Los costos financieros de IT se están volviendo borrosos siendo muy difícil saber cómo atribuir una parte de ese costo a cada parte de la organización.
Pero si IT no puede demostrar adecuadamente su valor, corre el riesgo de no ser valorada. El CIO necesita conocer sus costos financieros y calcular lo rentable que es su aportación al conjunto de la empresa o puede perder protagonismo y volverse irrelevante.
El entendimiento entre IT y la empresa es vital para la supervivencia de la función de IT, y el CIO debe ser capaz de analizar el valor de las operaciones relacionadas con sus costos financieros, y administrar y planificar mejor las necesidades.
Es importante medir no sólo los servicios que se utilizan sino también los resultados de negocio que provienen de su uso. Este es particularmente importante en el caso de aquellas organizaciones que desean adoptar un modelo interno de “pago por uso” asociado con un entorno de nube privada, para de esta forma ofrecer una información precisa de dónde se dirigen sus recursos y ayudar a planificar mejor la provisión y la capacidad futura de sus servicios.
Centrándonos en el valor del negocio nos enfocaremos en la gestión de IT. Y a eso le seguirán mejores conversaciones de negocios. Ser capaz de demostrar dónde deben dirigirse los recursos es fundamental para tener conversaciones productivas con la empresa sobre la innovación futura.
Entender los costos financieros de IT puede ayudar con la planificación de la capacidad de los servicios futuros y generar mayores eficiencias al conseguir evitar inversiones innecesarias en IT.
La verdadera cuestión aquí es cómo los procesos empresariales pueden ser flexibles y asequibles en los casos en que se demuestra que los costos financieros son altos, y en qué medida la virtualización y la nube reducirán los costos. Con el uso de recursos de IT flexibles, los procesos y los negocios pueden ser impulsados sin necesidad de grandes inversiones iniciales en infraestructura de IT.
Digitalización empresarial desde cero