Propósito
Uno de los principales enemigos de la motivación es la falta de propósito. Si un empleado no sabe porqué está trabajando, por mucho que reciba un sueldo a cambio, no conseguirá hacer un trabajo de calidad. A diferencia de esto, un trabajador que sabe que encaja en un plan mayor, que es consciente de las metas de grupo y que se siente parte de algo mayor, estará mucho más motivado. Para conseguir esto, una buena recomendación que se puede tener en mente es la lectura del libro “Start with Why” de Simon Sinek, que ayuda en el proceso de inspirar a otras personas en el círculo laboral.
Objetivo Smart
El proceso más eficiente está claro y se encuentra rodeado de alcanzar un objetivo SMART (Specific, Measurable, Achievable, Relevant and Time-Bound) cuyas siglas podríamos traducir como específico, medible, alcanzable, relevante y limitado en el tiempo. Esto se debe lograr para cada empleado, trabajando de forma sinérgica con ellos para entender y valorar el trabajo que se está realizando.
Como objetivo más adecuado hay que entender la forma en la que el empleado asumirá lo que se espera de ellos y la manera en la que formarán parte en la empresa. Esto llevará a poder poner en práctica lo escrito por Dale Carnegie en “How to Win Friends and Influence People” que lleva a ver cómo los managers deben pasar por el siguiente proceso:
- Alabar a sus empleados de forma individual.
- Hacerlo aunque sea por pequeños logros.
- Esto derivará un sentimiento de orgullo en el empleado, algo sincero y natural.
- De manera directa trabajarán para mantener el mismo rendimiento en el futuro.
Compromiso
Es imprescindible que los empleados se sientan como que tienen voz en la empresa, algo que se podrá lograr en base a las siguientes acciones:
- Que los empleados tengan una conversación de tú a tú con su manager.
- La reunión tiene que estar prevista en la agenda y formalizada.
- Puede organizarse de forma distendida con un café o en la sala de reuniones.
Esto permitirá que el administrador de la empresa sea consciente de lo que su equipo hace, de cómo lo hace y de qué puede mejorarse. Estar al tanto de ello de forma frecuente ayudará a estar al tanto de distintos problemas en la empresa, impulsando el rendimiento. Leyendo el libro “The Hard Thing About Hard Things” es posible aprender sobre esta práctica gracias al texto de Ben Horowitz.
Confianza
No hay duda de que la falta de confianza puede ser un factor que destruya las empresas de forma progresiva. Si esta falta la motivación de los empleados se reducirá. Y no puede haber una buena comunicación entre los miembros del equipo si no existe confianza. Al fin y al cabo, trabajando con confianza con el equipo será más fácil comunicarse y transmitir todo lo necesario para trabajar en común. Y de no existir confianza será imposible que se transmitan opiniones o solicitudes de forma adecuada, dado que los empleados pensarán que no pueden confiar en lo que les dice su jefe.
La falta de confianza puede llevar a los siguientes problemas:
- Sospechas.
- Escepticismo.
- Problemas en las comunicaciones.
Y todo ello desmotiva al equipo. Confiar en los empleados y darles suficiente espacio para que puedan trabajar de forma flexible producirá unos resultados en los que el equipo estará motivado y será de confianza.
