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Para poder utilizar algo, es necesario saber cómo funciona. En el caso de la motivación laboral, si queremos aplicarla eficazmente en nuestra empresa, debemos saber cómo funcionan los mecanismos motivacionales del cerebro humano.
En su momento ya hablamos de distintas técnicas de motivación, así como cuestiones relacionadas y derivadas como pueden ser los equipos de alto rendimiento o la flexibilidad horaria. En este post vamos a ceder la palabra a la biología (no te preocupes si no tienes conocimientos científicos, lo explicaremos todo con un lenguaje perfectamente comprensible) para extraer de ella las bases naturales de la motivación humana.
Cloud computing y movilidad en la empresa.
Nuestro cerebro es un órgano extremadamente complejo que funciona a través de reacciones químicas. Son estas reacciones químicas las que generan emociones como la alegría, el estrés y, cómo no, la motivación, incluida la motivación laboral.
Cuando el cerebro humano se expone a cualquier estímulo, su memoria se centra sobre todo en recordar aquello que le proporciona dolor o placer. En el caso del placer, cuando percibimos algo que nos lo proporciona, nuestro cerebro segrega una sustancia llamada serotonina. Cuando hay suficiente serotonina segregada, sentimos la sensación de satisfacción y bienestar.
Ahora bien, es importante prestar atención a aquello que ha provocado que nuestro cerebro segregase serotonina. Solo así podremos aproximarnos de nuevo a dicho estímulo. En el futuro, cuando lo tengamos de nuevo delante, nuestro cerebro segregará otra sustancia llamada dopamina, que será la que nos impulse a querer experimentar satisfacción de nuevo. La dopamina se transformará en noradrenalina y esta nueva sustancia nos permitirá pasar a la acción, es decir, hacer el esfuerzo necesario para conseguir que nuestro cerebro segregue serotonina de nuevo. Esto se repetirá siempre que nos expongamos a ese estímulo placentero.
Este circuito de dopamina-noradrenalina-serotonina es lo que se conoce en neurociencia como circuito de recompensa cerebral y es la base de la motivación, ya que cada vez que una persona se siente motivada es gracias a estas tres sustancias.
Veamos ahora cómo podemos aplicar este conocimiento a la motivación laboral.
Ahora que ya sabemos cómo funciona la motivación en el cerebro humano, estamos en disposición de aplicarla a cualquier campo, incluido el de la motivación laboral.
Cuando un empleado experimenta motivación es, como hemos dicho, porque su cerebro ha segregado las sustancias que forman el circuito de recompensa. Y, recordemos, este circuito comienza por una “primera vez” en la que un estímulo induce al cerebro a segregar serotonina, lo cual nos hace sentir satisfacción y bienestar.
Por ello, si queremos que nuestros empleados se encuentren motivados, lo primero que debemos hacer es exponerles a un estímulo que provoque la liberación de serotonina en sus cerebros, es decir, que les haga sentir tan bien y tan a gusto como para querer repetir. Este estímulo puede ser una reunión donde se valoren las propuestas de todas las personas que hablen, un reconocimiento público de cada objetivo cumplido o incluso un sistema de gamificación que proporcione puntos cada vez que se alcancen ciertos logros y cuyos primeros puntos sean muy fáciles de conseguir. En otras palabras: cualquier idea es válida mientras cumpla el objetivo de provocar que nuestros empleados se sientan bien.
Sin embargo, no debemos olvidar que lo que pretendemos es que nuestros empleados se sientan deseosos de repetir la experiencia que les ha generado satisfacción. En este sentido, es vital conocer a todos y cada uno de ellos para saber qué es lo que realmente les hará sentir bien.
Una vez que lo sabemos, podremos exponerlos a ello cuidando mucho la asociación con sus objetivos laborales. Es muy importante dejar claro, con o sin palabras, que la satisfacción que cada empleado experimenta es fruto de un objetivo laboral bien cumplido. Solo así estaremos realmente hablando de motivación laboral y no solo de motivación a secas.
Si lo hacemos así, cada vez que nuestros empleados se encuentren de nuevo ante un objetivo similar, sus cerebros segregarán dopamina, que se transformará en noradrenalina y que inducirá la producción de serotonina, alimentando cada vez más este circuito de recompensa cerebral tan importante para la motivación laboral.
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