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Quizá hayas oído hablar de seis sigma o six sigma, una metodología de gestión eficiente de procesos que busca reducir al máximo la posibilidad de fallos y de errores. Descubrir e implementar esta estrategia de excelencia en nuestra organización puede ser interesante para nuestros objetivos de mercado, pero el primer paso es saber qué es y para qué sirve exactamente.
Digitalización empresarial desde cero
Seis sigma se podría definir como una metodología de detección de errores en los procesos, una de las metodologías que surgieron en el siglo XX para mejorar la calidad de los procesos productivos. En concreto, seis sigma nació en la década de los años 80 de la mano de un ingeniero neoyorkino de la empresa Motorola llamado Bill Smith (1929-1993).
Seis sigma utiliza herramientas estadísticas para eliminar la variabilidad de los procesos productivos y reducir el número de errores que se suceden en un proceso a su mínima expresión que, en este caso, se concreta en la fórmula: 3,4 errores o defectos por cada millón de eventos o de oportunidades.
Pero, además, para six sigma no hay grados en cuanto a los errores o fallos en los eventos u oportunidades, en esos productos y servicios que una empresa coloca en su mercado. Es decir: no hay productos más o menos defectuosos, sino que se etiquetan como error:
Lo vemos mejor con un ejemplo: si aplicamos la metodología de calidad seis sigma a la fabricación de 1 millón de lavadoras, el número de electrodomésticos defectuosos no podría superar las 3,4 unidades.
Además, según esta metodología ese electrodoméstico se etiquetaría como defectuoso no solo cuando no funcionara correctamente, tuviera roces en la pintura o defectos de chapa. Esa lavadora también sería etiquetada como producto defectuoso cuando no satisficiera correctamente las necesidades de nuestro cliente (gasto energético demasiado elevado, poca capacidad de carga…) o cuando defraudara las expectativas que generó nuestra publicidad (colores a elegir, más silenciosa que ninguna, la más eficiente del mercado…).
Como hemos visto en el ejemplo anterior, esta metodología de detección de errores tiene unos objetivos bastante ambiciosos, pero no cabe duda de que las organizaciones que apliquen seis sigma en sus procesos elevarán indefectiblemente su nivel de calidad.
Pero, además, si reflexionamos sobre el tema veremos que seis sigma puede tener muchos más usos que la mera reducción de productos o servicios defectuosos. Aplicada sabiamente, esta metodología nos puede servir para:
Como vemos, seis sigma es mucho más que una metodología de mejora de la calidad o una estrategia empresarial. Es una forma de entender el proceso de productos y de servicios sumamente interesante para los CEO y CIO que buscan la excelencia y la mejora de la rentabilidad y la competitividad de su organización.
¿Conocías la metodología seis sigma? ¿Qué te parece? Escribe un comentario.