Cuando nos encontramos ante una persona feliz, tenemos delante a alguien que ha satisfecho sus necesidades y sus deseos. Con las empresas ocurre algo parecido: cuando nos encontramos ante una empresa feliz, tenemos delante a una empresa que ha alcanzado sus objetivos. ¿Y cuáles son los objetivos de una empresa? Obtener beneficios, expresados en términos de dinero o en otros cualesquiera.
Las empresas están formadas por personas. Esto implica que, para que una empresa alcance sus objetivos y obtenga beneficios, las personas que la forman deben haber alcanzado los suyos. En otras palabras: empleados felices, empresa feliz.
¿Cómo podemos contribuir a que nuestros empleados satisfagan sus necesidades y sus deseos y que, con ellos, alcancen sus objetivos profesionales?
Para responder a esta pregunta que nos permitirá crear una empresa feliz, recurriremos a la pirámide de las necesidades humanas de Abraham Maslow. Este modelo nos explica que las necesidades de humanas pueden clasificarse en cinco peldaños, de forma que para alcanzar un peldaño superior deben haberse alcanzado previamente los peldaños inferiores.
Así, en la pirámide de Maslow nos encontramos con las siguientes necesidades humanas, explicadas desde las más básicas (peldaño inferior) hasta las más elevadas (peldaño superior):
Por lo tanto y a modo de resumen: para crear una empresa feliz debemos ofrecer a nuestros empleados un salario suficiente para satisfacer tanto sus necesidades fisiológicas como sus necesidades de seguridad, asegurar un ambiente laboral que permita que todo el mundo se encuentre a gusto, recordarles lo vitales e imprescindibles que son para el buen funcionamiento de la empresa y conocerlos en profundidad para garantizar que les estamos ayudando a autorrealizarse.
Una vez que hemos conseguido todo esto, nuestra empresa contará con gente involucrada que le ayudará a generar beneficios continuos. Entonces nuestra empresa se habrá convertido en una empresa feliz.
Digitalización empresarial desde cero